El Clase B puede considerarse desde hoy mismo el monovolumen más pequeño de Mercedes-Benz. A simple vista, la cota de altura es la que presenta un cambio más notable si lo comparamos con la primera generación del Clase B. Hay 15 centímetros de diferencia, que no son pocos, al mismo tiempo que la carrocería se ha acercado otros 5 cm al asfalto. En total son 4,36 metros de largo (+9), 1,78 de ancho y 1,55 de alto, unas dimensiones que han permitido estilizar su bonita silueta hacia el concepto Sports Tourer y aplicar una buena cantidad de mejoras aerodinámicas.
Según los propios ingenieros, las más de 1.100 horas invertidas en el túnel de viento se resumen en cuatro puntos: retrovisores con una pequeña lengüeta aerodinámica en la parte inferior, una canalización de aire específica en las ruedas delanteras, un carenado especial en los bajos del vehículo y una persiana regulable en el radiador que impide el paso de aire cuando no es necesario refrigerar el vano motor.
Puede parecer poco, pero el resultado en términos absolutos es espectacular.
Lo primero que se nota al subir al Clase B es que el asiento del conductor queda más bajo que en la anterior generación. La banqueta ahora va 86 mm más pegada al suelo, lo que se traduce en una rebaja importante del centro de gravedad y por tanto permite obtener sensaciones más parecidas a las de turismo compacto. Gracias a esto, el acceso al habitáculo es también más cómodo porque no hay que elevar la cintura para apoyarse en la banqueta, simplemente introducir la pierna y deslizar el cuerpo hacia dentro.
No obstante, la atención de los nuevos clientes de Mercedes-Bez recaerá directamente en el nuevo diseño del habitáculo y en la pantalla instalada sobre el salpicadero. Ésta puede elegirse en dos tamaños (14 y 17 pulgadas) y tiene el mismo aspecto que algunos dispositivos tipo “tablet”. Es estrecha y muy fina, aunque no extraíble.
Nuevos son también los difusores de aire, diseñados en cruz con un aire bastante deportivo, y el cuadro de instrumentación, que además está terminado en una superficie mate que impide la acumulación de suciedad. Además, en esta generación hay posibilidades para personalizar el interior, donde la moldura central puede ir desde un elegante laminado brillante hasta un acabado en madera de nogal mate o fresno con terminación negro brillante. Donde más se aprecia el salto de calidad es en los elementos opcionales, como la completa regulación eléctrica de los asientos desde el interior de la puerta, el sistema PRE-SAFE que ajusta el cinturón antes de iniciar la marcha, el freno de mano eléctrico, la nueva generación de aire acondicionado Thermotronic (más silencioso y más rápido a la hora de enfriar el habitáculo) o la función Start/Stop, que es de serie en toda la gama.
Espacio
El nuevo modelo puede equiparse con el sistema EASY-VARIO-PLUS, que permite regular la inclinación de los respaldos traseros o desplazar la banqueta longitudinalmente hasta 14 centímetros. De esta forma se llega hasta los 666 litros de capacidad, eso sí, a costa de eliminar el buen espacio inicial para las piernas. En este aspecto, este modelo también ha mejorado la cota de anchura en el maletero (40 mm) y la altura de la boca de carga, que desciende otros 5 milímetros con la nueva carrocería y facilita un poco la tarea para introducir objetos muy pesados.
Cuatro motores y una caja nueva
Mercedes-Benz ha desarrollado “in-house” los cuatro motores con los que estará disponible el Clase B inicialmente. Todos ellos cuentan con la denominación BLUE EFFICIENCY, llevan de serie el sistema ECO (start/stop) y, por lo general, consumen muy poco a pesar de ofrecer un nivel alto de potencia y par motor.
Empezando por los de gasolina, denominados internamente M270, lo más notable es que han adquirido el sistema de inyección directa de los últimos V6 y V8 de la marca siendo motores de tan sólo cuatro cilindros. Partiendo de un mismo bloque 1.6, estos motores ofrecen 122 cv (B 180) o 156 cv (B 200), y entregan el par motor máximo (200 y 250 Nm respectivamente) a un régimen sorprendentemente bajo (1.250 rpm) lo que hace que incluso la versión más básica ofrezca una aceleración francamente satisfactoria en cualquier zona del cuentavueltas. El consumo de gasolina prometido es de 5,9 litros en ambas versiones, es decir, medio litro menos que en la generación anterior.
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