El espectacular edificio tiene nueve niveles con una superficie total de 16,500 metros cuadrados que cobijan 160 vehículos y a más de 1,500 objetos relacionados con la industria automotriz.
Dentro del museo se puede apreciar las siete salas del recorrido “Mitos”, la cual describe la historia de la marca, y las cinco salas de “Colecciones”, que muestran temas relacionados con la firma Mercedes-Benz sin distinción de épocas.
Muchos de los vehículos expuestos representan una época completa, y relatan su propia historia. Entre ellos se encuentran el primer vehículo a motor de 1886 “Benz Patten Motorwagen” de 3 ruedas y una marcha (patente 37435); el legendario “Alas de Gaviota”, un SL300 de los años 50; los históricos “Flechas de Plata”, así como el Mercedes-Benz SL230, el primer deportivo con habitáculo de seguridad rígido y zonas de deformación controlada.
Durante las dos horas largas que dura el recorrido al museo, los visitantes emprenden un singular viaje a través del tiempo a lo largo de la historia del automóvil. Un ascensor les lleva al año 1886 en el plano más alto del museo. Ahí comienzan dos recorridos que les conducen en amplias curvas a lo largo de la colección hasta el punto de partida.
En esta sección, llena de historia, se encuentran varios clásicos de carreras, alineados en forma de una parrilla de largada, donde se exhiben el W196 No. 18 de 1954 ganador en Monza con Juan Manuel Fangio al volante; SRL300 de 1955 el triunfador de la Mille Miglia con Stirling Moss y Dennis Jenkinson; W196 de 1955 cargo con los laureles en el Gran Premio de Inglaterra, con Stirling Moss y el super W125 Streamliner, victorioso en 1938 durante el Gran Premio de Alemania, disputado en el trazado de Avus, en Berlín.
El primer recorrido, que lleva el título “Mitos””, incluye siete salas que relatan en orden cronológico la historia de la marca. En las salas del segundo recorrido, los vehículos están agrupados en cinco colecciones independientes, que representan, sin distinción de épocas, la variedad de la cartera de productos con la estrella de 3 puntas, diseñada por Guttlieb Daimler, y de la colección.
En una pared vertical se han montado, con un atrevido diseño que asemeja una carretera y en ocasiones una pista de competencias, algunos de los vehículos que batieron récords de velocidad: desde el W 125, (Silberpfeil Rekordwawen) de Otto Wilhelm Rudof Caracciola que estableció en el mes de enero de 1938 un record de velocidad en el Reichs-Autobahn A5 (una carretera pública) de 432.7 kilómetros por hora (268.9 mph) que todavía vigente en nuestros días, hasta el Solarmobi, que ganó a mediados de los años 80 el “Tour del Sol” para vehículos de este tipo, prueba que se disputó desde el Lago Constanza hasta el Lago Ginebra.
Junto a los bólidos de Fórmula 1, también gozan de gran aceptación los héroes del trabajo cotidiano, como el vehículo para recogida de basuras, el camión de bomberos o un coche de policía. Algunos objetos expuestos invitan a los niños a tomar asiento y hacerse una fotografía con el automóvil de sus sueños. A partir de una cierta edad se suma otro punto de atracción: los visitantes del museo de más de 1,40 m de altura pueden emprender un viaje en el simulador de conducción.
La oferta de visitas guiadas del Museo Mercedes-Benz está disponible en varios idiomas. Los grupos que prefieran visitar la exposición por su propia cuenta pueden utilizar las guías de audio electrónicas de forma gratuita. Estas guías cuentan con un perfil especial para niños. En todo el museo se tienen en cuenta las necesidades de grupos con preferencias específicas y de personas con movilidad reducida.
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